La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible es un programa ambicioso que los Estados miembros de las Naciones Unidas han suscrito para asegurar un desarrollo del planeta balanceado, sostenible e inclusivo.
Las Ciencias Básicas tienen una importante contribución que hacer a la aplicación de este programa. Proporcionan los medios esenciales para afrontar retos cruciales como el acceso universal a la alimentación, la energía, la cobertura sanitaria y las tecnologías de la comunicación. Permiten comprender el impacto de los casi 8.000 millones de habitantes actuales del planeta y actuar para limitarlo, y a veces incluso reducirlo: agotamiento de la capa de ozono, cambio climático, agotamiento de los recursos naturales, extinción de las especies vivas.
Los aportes tecnológicos son fáciles de reconocer. Por el contrario, las contribuciones de las ciencias básicas no son suficientemente reconocidas. Sin embargo, son ellas la base de los mayores avances tecnológicos que impulsan la innovación y a la vez son esenciales durante el entrenamiento de futuros profesionales y en el desarrollo de capacidades por parte de la población para tomar decisiones que afectan su futuro. UNESCO es consciente de esta circunstancia y en su Recomendación sobre la ciencia y los investigadores científicos, revisada en 2017, reconoce la importancia de la conjunción de políticos, científicos, diplomáticos, organizaciones internacionales, empresarios y toda persona de buena voluntad.
El año internacional de las ciencias básicas para el desarrollo sostenible, que será organizado en el 2022 y 2023, se enfocará en los vínculos entre las ciencias básicas y los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030. Esta es una oportunidad única para convencer a los tomadores de decisión que a través del entendimiento básico de la naturaleza se vislumbran las acciones más efectivas que se deberán tomar para el bien común.
Michel Spiro, Presidente de IUPAP